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Crónica
02/07/2025
La candidata a La Moneda del oficialismo, Jeannette Jara (PC), tuvo un protagonismo inusitado en el Gobierno del Presidente Gabriel Boric cuando fue ministra del Trabajo.
Es que bajo su liderazgo se aprobaron reformas relevantes, que el Ejecutivo se ha empeñado en destacar. Entre las transformaciones que empujó la cartera está la ley de 40 horas, que reduce la jornada laboral hasta ese número con una gradualidad que termina en 2028.
También se encuentra la Ley Karin, que fortalece los mecanismos para prevenir, investigar y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en el ámbito laboral.
El aumento en el salario mínimo es otra de las conquistas que el Gobierno resalta. Antes de llegar a La Moneda, Boric prometió que este alcanzaría al menos los $500 mil al finalizar su mandato. Y cumplió: el sueldo mínimo ya se encuentra en $529 mil y el 1 de enero alcanzará los $539 mil.
Por último, está la reforma de pensiones, que incrementa la Pensión Garantizada Universal (PGU) el segundo semestre a los $250 mil e introduce una nueva cotización de 7% a cargo de los empleadores, distribuida entre cuentas individuales y un Seguro Social.
Todas estas modificaciones, no obstante, han sido objeto de críticas, especialmente desde quienes observan el mercado laboral. Varios han argumentado que encarecen de forma relevante la contratación y que ponen trabas, sobre todo, a las empresa de menor tamaño.
El mismo Banco Centra hizo una advertencia en su último Informe de Política Monetaria (IPoM). El instituto emisor avisó que los costos laborales han crecido a tasas elevadas y que las empresas están preocupadas por el camino que podría seguirse. Los desembolsos de los que habló la institución liderada por Rosanna Costa registraron una variación anual de 8,5% en abril en términos nominales.
Las "alarmantes" cifras
Los augurios parecieron confirmarse esta semana, con números alarmantes de empleo. Es que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó el lunes que la desocupación se elevó hasta un 8,9% en el trimestre móvil marzo-mayo, alzándose 0,6 puntos porcentuales en un año.
Al hacer zoom, el panorama incluso empeora, con un desempleo femenino que llega al 10,1% y se ubica como el más alto en cuatro años; un mercado del trabajo estancado, que apenas generó 14 mil puestos en doce meses; y una Región Metropolitana que sufre con un 9,5% de desocupación, 0,9 puntos porcentuales más que hace 12 meses.
La tasa de desempleo femenina es calificada como "alarmante" por parte de Juan Bravo, economista y director del OCEC UDP. "La fuerte alza de la tasa de desempleo femenino da cuenta de que aunque la tasa de participación femenina sube muchas mujeres no están logrando la empleabilidad, con lo que aumenta el desempleo", asegura.
Es en medio de este panorama -y teniendo en cuenta cuánto la candidata oficialista ha sacado a relucir sus logros en el Ministerio del Trabajo- que muchos han comenzado a hacerse una pregunta: ¿Cuán culpables son las reformas de las tasas de desempleo?
¿Culpa de las reformas?
Entre los economistas no parece haber dos lecturas: las reformas del gobierno han contribuido al deterioro del mercado laboral. Tomás Rau, profesor del Instituto de Economía UC califica las cifras que entregó esta semana el INE como "paupérrimas".
El académico recuerda que se generaron "apenas 14.650 empleos en los últimos doce meses" y que esto está lejos del promedio histórico, "cercano a los 160 mil empleos anuales".
"Estas cifras negativas, sumadas a la ausencia de políticas que impulsen efectivamente el mercado laboral, son resultado directo de diversas medidas impulsadas por este gobierno y el Ministerio del Trabajo", acusa Rau. "Las reformas implementadas -añade- han incrementado significativamente el costo laboral, generando desincentivos claros, y demostrados por el Banco Central, para la creación de nuevos empleos".
Una mirada similar es la que tiene Ingrid Jones, economista de LyD. A su juicio, la principal causa del deterioro en la creación de empleo es el débil crecimiento de la economía. No obstante, también apunta a las reformas del Gobierno impulsadas por el Ministerio del Trabajo.
Dice que la agenda laboral del Ejecutivo "ha contribuido negativamente a la creación de empleo con leyes que significaron que los costos laborales hayan acumulado un incremento de casi 20% real". Asevera que lo que tuvo mayor incidencia fue el aumento del salario mínimo, "muy por sobre la productividad de los trabajadores y la inflación".
Esto, concluye, "hace que las empresas ajusten el número de trabajadores para poder responder financieramente frente a las nuevas obligaciones". Cecilia Cifuentes, economista y directora del Centro de Estudios Financieros del ESE observa que existen dos elementos que se han combinado para que los datos del desempleo sean tan preocupantes.
Uno de ellos, señala, tiene que ver con un "cambio tecnológico muy acelerado que favorece la automatización". Pero también apunta al camino que ha seguido La Moneda. "Yo creo que es bastante probable que esto tenga que ver con el encarecimiento de la mano de obra que se ha producido producto de las reformas del gobierno", sostiene.
Asimismo, Felipe Balmaceda, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Unab, indica que la concepción que "tiene este gobierno del marcado laboral es la concepción de los 60s, y 70s". "No entienden -asegura- que las exigencias actuales implican un mercado laboral flexible, donde sea barato tanto para la empresa como para el trabajador comenzar y terminar una relación laboral".
Mientras que para David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la U. Católica y quien hace un buen tiempo viene hablando de una "emergencia laboral" en el país, fue especialmente crítico. "Estamos ya casi 30 meses seguidos con tasas sobre 8%, ahora 8,9%. Son tasas que no veíamos desde 2010 (sin considerar la pandemia)", dijo el martes a radio Pauta.
"Esto en cualquier otro Gobierno, en otro periodo, habría sido una crisis laboral", subrayó, por lo que acusó una "cierta superioridad moral" de parte de las autoridades por no reconocer esto. "Es un tema de debería ser central. Jeannette Jara fue ministra del Trabajo y tuvimos este problema".