La comunidad pehuenche de Cauñicú dio un paso importante hacia el fortalecimiento de sus raíces con la construcción de la Ruka Comunitaria Kawellu Ko, proyecto que ya alcanza un 70 por ciento de avance y que será un nuevo espacio para la vida social y cultural del territorio. La iniciativa forma parte del Programa para Pequeñas Localidades (PPL), que en Alto Biobío contempla una inversión cercana a los $1.300 millones para obras urbanas y sociales en Villa Ralco y Cauñicú.

Para Marcelino Cupillas, dirigente comunitario, la Ruka tiene un profundo sentido de pertenencia: “Aquí no se trata sólo de levantar una construcción, sino de recuperar la costumbre verdadera del pueblo. Cuando tengamos un fogón y podamos reunirnos como lo hacían nuestros abuelos, los niños van a sentir que son mapuche y que tienen una cultura que deben llevar consigo”, afirmó.

La obra, construida con madera nativa y técnicas que evocan las antiguas rukas, busca ser un lugar de encuentro no sólo para los adultos mayores, sino también para las nuevas generaciones.

El proyecto se inserta en una cartera más amplia que incluye hitos de acceso, señaléticas turísticas, mejoramiento del gimnasio de Villa Ralco, espacios públicos y un futuro galpón comunitario, todos con el sello de pertinencia cultural y territorial que caracteriza al Programa para Pequeñas Localidades.

La seremi de Vivienda y Urbanismo, Claudia Toledo Alarcón, subrayó el espíritu del PPL en este avance: “Estamos cautelando el espíritu del Programa para Pequeñas Localidades, generando infraestructura con pertinencia local, respetando la cultura y la cosmovisión de las comunidades. No es sólo construir, es dar pasos concretos en territorios rurales y alejados, respondiendo a lo que la gente pide y necesita para su vida cotidiana”.

Por su parte, el alcalde de Alto Biobío, Félix Vita Manquepi, destacó que se trata de una infraestructura que responde a la identidad del territorio: “Esta ruka va a servir como espacio de actividades culturales, reuniones y refugio para las familias que vienen de sectores lejanos. Ya no quedan muchas rukas en las comunidades, y ésta marcará historia, porque representa al pueblo pehuenche y su manera de habitar en armonía con la madera y la naturaleza”.

Además de las obras urbanas, el PPL ha impulsado talleres sociales y culturales en el sistema de localidades Villa Ralco–Cauñicú, entre ellos el de telar pehuenche, tejido a palillo, orfebrería y nuevas iniciativas de emprendimiento femenino, que han permitido poner en valor el patrimonio local y abrir oportunidades económicas.

Con esta combinación de infraestructura y proyectos sociales, el Programa reafirma su compromiso de llegar hasta los lugares más apartados, acompañando a las comunidades en el camino de preservar su identidad y proyectar nuevas oportunidades para sus habitantes.