Regional
Crónica
Social
09/11/2025
En los últimos años, las redes sociales se han transformado en un espacio donde todos —sin distinción de profesión, formación o responsabilidad— pueden opinar, informar y difundir contenido.
Sin embargo, en Los Ángeles hemos sido testigos de una peligrosa distorsión: la proliferación de perfiles anónimos que, amparados en la impunidad del teclado, publican información sin confirmar fuentes, sin ceñirse a los principios básicos de la ética periodística, y mucho menos, sin otorgar el derecho a réplica.
Esta práctica, lejos de fortalecer el libre flujo de información, erosiona la confianza pública y pone en riesgo el trabajo serio y profesional de los medios establecidos.
Mientras los periodistas y comunicadores locales deben responder ante la Ley de Prensa, acreditar fuentes, contrastar versiones y mantener estándares editoriales, los administradores de estas páginas anónimas en Facebook o Instagram, operan como verdaderos “ambulantes” de la información: sin registro, sin control y sin asumir las consecuencias de sus dichos ni publicaciones.
El paralelismo con el comercio es inevitable. Así como el comercio establecido paga impuestos, genera empleo y se somete a fiscalización, los medios formales invierten en profesionalismo, ética y responsabilidad. En cambio, el “comercio ambulante digital” opera desde la sombra, sin nombre ni rostro, vendiendo titulares falsos o tergiversados, morbo sin medir la vista de menores inclusive a cambio de atención y clics. El resultado: desinformación, daño reputacional y una ciudadanía cada vez más confundida.
Informar no es publicar lo primero que llega a una bandeja de mensajes. Informar implica verificar, contextualizar y, sobre todo, hacerse responsable. La libertad de expresión no puede ser excusa para la irresponsabilidad.
Es hora de que los angelinos aprendamos a distinguir entre el periodismo serio y el contenido improvisado; entre la voz de un medio profesional y el ruido del anonimato.
Solo así podremos preservar el valor de la comunicación veraz, el respeto a las personas y la credibilidad de una prensa local que, día a día, se esfuerza por informar con rigor, ética y compromiso con la verdad.
Julio Cerda Gómez
Gerente Radio Camila TV