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Crónica
24/11/2025
Preocupación generó entre alcaldes y equipos técnicos municipales el informe que revela más de 500 obras públicas sin culminar en todo el país, varias de ellas vinculadas directamente a infraestructura de salud.
Entre los casos más críticos figuran Centros de Salud Familiar (CESFAM) con atrasos superiores a los cinco años, situación que repercute de manera directa en la atención primaria y en la descongestión hospitalaria.
La alerta surgió tras un análisis de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), basado en datos del sistema SISGEOB y en el Consolidado de Información Circularizada N°17 de la Contraloría General de la República. En el documento se identifica el caso más extremo en Calama, donde un CESFAM acumula 69 meses de retraso respecto del plazo originalmente comprometido.
En otras regiones, como Los Ríos, Biobío y La Araucanía, la AChM también detectó obras de salud con demoras relevantes. En Niebla, por ejemplo, un CESFAM presenta un atraso de entre 6 y 18 meses debido a la falta de reubicación de dependencias, mientras municipios del centro y sur del país reportan dificultades similares en proyectos de atención primaria.
Los municipios advierten que estas paralizaciones prolongadas afectan directamente la calidad del servicio para miles de familias. “Lo que está en juego no es sólo una obra pública, sino la salud cotidiana de las personas. Un CESFAM que se retrasa cinco años significa listas de espera más largas y centros saturados”, señalaron desde la AChM.
La Contraloría, en su revisión nacional, precisó que de las más de 166 mil obras registradas entre 2015 y 2025, 517 quedaron paralizadas sin una recontratación formal, evidenciando fallas en la supervisión, financiamiento y continuidad operativa de los contratos.
La AChM explicó que las principales causas de estos retrasos se relacionan con avances físicos insuficientes, problemas administrativos entre organismos y demoras en procesos de aprobación y revisión técnica. Además, se llamó a mejorar la coordinación entre municipios, ministerios y servicios de salud para evitar que proyectos esenciales, especialmente los de carácter sanitario, sigan acumulando meses de inactividad.
Mientras se espera que el gobierno profundice en un plan de reactivación, desde los municipios se insiste en la urgencia de actualizar los estados de avance en el sistema SISGEOB y establecer auditorías técnicas que permitan destrabar las obras paralizadas.
La preocupación es transversal: regiones como Biobío, Ñuble y La Araucanía dependen fuertemente de centros de salud primaria para la atención local, por lo que estos retrasos prolongados generan presión sobre hospitales, consultorios y servicios de urgencia.